¡Hola a todos!
Llegamos al final de esta serie
de temas en los que cada uno de vosotros ha ido contando a modo de comentario
su experiencia, situación o punto de vista. Ante todo quería daros las gracias
a todos lo que habéis participado y habéis ido dando forma a estas últimas
cinco entradas. Ha sido muy divertido así como entretenido leeros y ver que hay
cosas que a todos nos suceden y darnos cuenta que no estamos tan solos como a
veces pensamos.
La entrada de hoy como podéis ver
por el título tiene que ver con nuestras familias, cómo ellos viven la
oposición, nuestros horarios, cantes, nervios, exámenes, etc. Como sabéis,
estas últimas entradas tienen su base en el programa “Comando Actualidad”
dedicado a las oposiciones, y respecto al tema de hoy, me emocionó ver a esos
padres que acompañan a sus hijos al examen, como esperan a que salgan del aula,
pendientes de sus caras, de si ha ido bien o mal, pues como dicen, la cara es
el espejo del alma, de ese apoyo incondicional pues si no ha ido lo bien que
esperábamos, la próxima será la buena.
Y ello me trajo a la memoria la
primera vez que fui al examen de la oposición, me acompañó mi madre (esta
última también) pero quizás por ser la primera es la que tengo más grabada.
Hasta ese día, en casa siempre me habían visto estudiar desde bien temprano
hasta casi última hora de la tarde, sin puentes ni festivos, únicamente
descansando el día libre. Cuando hablaban con algún familiar o conocido que
preguntaba por mí, siempre respondían que no salía de casa, que me
pasaba el día entero estudiando y que por lo tanto era muy duro (nadie sabe lo
que es una oposición hasta que no se mete en una). Pero creo que hasta que no
se va al examen y ven lo que realmente es, los nervios, el hacer pasillo, ese
silencio lleno de tensión por lo que nos toca en breves, no llegan a darse
cuenta de la verdadera dureza de la oposición, o al menos, así ha sido en mi
caso. Y digo que la primera vez es la que tengo más grabada porque ha sido la
vez que más en tensión he visto a mi madre, era “nuevo” para las dos. Lo estaba
pasando ella peor que yo y eso que la que tenía que enfrentarse durante una
hora a un tribunal de siete personas era yo. Según me contó al salir del oral,
fue la hora más larga que había vivido y que era muy valiente de hacer lo que hacía, que posiblemente ella no hubiera entrado en esa sala.
En cuanto a los cantes, siempre,
desde el primer día, se han preocupado de saber cómo ha ido, de qué me ha dicho
el preparador que hay que mejorar (ahora preparadora), de desearme suerte antes
de ir, incluso mi abuela que siempre llama para preguntar cómo ha ido.
Respecto a los horarios, en casa
han respetado y respetan bastante mis horas de estudio, aunque hay veces que
creo, como ya os conté en la entrada Opositar: compaginar estudio y trabajo, a medida que pasan
los años se acostumbran a vernos siempre estudiando, se acostumbran a nuestra
rutina y hay días que parece que se olvidan que estudiamos. Sobre todo cuando
es un día de puente y surge el “vamos a dar una vuelta y así sales un poco de
casa”. Más me gustaría a mí salir de casa pero NO puedo. No puedo cortar el
estudio de repente para ir a dar un paseo porque es día de fiesta. No puedo
saltarme los horarios porque hace un día estupendo. Y sé que es con toda la
buena fe del mundo. Por eso siempre he dicho que aunque la familia nos apoye no
llegan a comprender lo que significa la oposición, salvo que ellos también
hayan pasado por una.
A continuación os dejo los
comentarios que me habéis hecho llegar al respecto. Espero que os haya gustado.
- Muy mal. Lo mejor es no molestar al opositor, no presionar, pero sí
apoyar y tener mucha paciencia. Es duro para todos, pero el apoyo familiar es
lo primero, y es impagable lo que hacen por nosotros.
- Muerto en vida: Mi familia tiene mucha experiencia en el mundo de las
oposiciones: somos todos funcionarios (padre, madre y los tres hijos, y en la
familia más lejana 3 tíos y sus parejas menos uno). Por eso para mí lo de saber
cómo buscar las convocatorias y conseguir los temarios ha sido fácil. Mis
padres siempre me han apoyado en el tema de las oposiciones, aunque el hecho de
haber elegido una oposición muy alta generó miedos e inseguridades en un
principio. Con el tiempo, y al verme trabajar de lo que opositaba de forma
interina los miedos fueron desapareciendo, hasta que al final estaban demasiado
eufóricos pensando que aprobaría (mucho más eufóricos que yo mismo). Finalmente
llegó el aprobado y no les decepcioné.
En cuanto al ambiente de estudio en casa, siempre lo ha habido. Y mis padres me descargaron de muchas labores domésticas durante el periodo de oposición afortunadamente
En cuanto al ambiente de estudio en casa, siempre lo ha habido. Y mis padres me descargaron de muchas labores domésticas durante el periodo de oposición afortunadamente
- @plazaalavista: Hola!! En mi casa los llevan todos muy bien, menos yo!
He tenido que volverme a vivir con mis padres después de 5 años viviendo en
pareja, porque él aún estudia y la verdad es que no tengo tiempo ni para echar
de menos. Pensaba que iba a llevar mejor la oposición, y la verdad es que la
primera que se ha rendido he sido yo. Menos mal que mi novio y mi familia están ahí siempre, diciéndome que tranquila, que no tenga prisas y que
confían en mí, que tarde o temprano lo conseguiré y que todos estarán ahí en
ese momento! En cuanto a los horarios bien también, pues más o menos estamos
todos fuera de casa las mismas horas y en cuanto al cante, tengo a toda la
familia pegada al móvil el día que canto para ver cómo se me ha dado.
Espero que os haya gustado, nuevamente, gracias a todos los que durante estas cinco entradas me habéis mandado vuestros comentarios. Gracias por haber formado parte de esto estas semanas. Como siempre, cualquier sugerencia que tengáis es siempre bienvenida.
¡Mucha suerte y ánimo a todos! ¡Gracias por leerme!
Un saludo!
María :)
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