sábado, 10 de marzo de 2018

Una delgada línea



¡Hola a todos!

Hoy os traigo una entrada sobre un tema del que hace tiempo vengo leyendo en redes sociales, sobretodo en Instagram, pero del que no he querido hablar hasta acabar esta serie de cinco entradas que hemos estado haciendo en las que vosotros eráis los protagonistas. 

Posiblemente me esté metiendo en un jardín en el que no debería entrar pero quiero dar mi opinión al respecto porque creo que posiblemente se están confundiendo las cosas.

Como muchos seguramente sabréis, hay varias opositoras que han publicado un libro en el que además de contar su experiencia durante esta etapa, comparten consejos con los lectores, también opositores en su mayoría. Y es aquí donde aparece la crítica. Lo que más he leído es cómo personas que ni siquiera han pasado el primer examen tienen la osadía de dar consejos de cómo opositar. Y aquí es donde yo entro en el jardín. 

El hecho de contar tu experiencia como opositora, cosa que yo también hago a través de este blog, expresar los miedos, la incertidumbre, manifestar la soledad que muchas veces se siente, la incomprensión, el desánimo, así como la motivación y por qué no también, lo que nos va bien a la hora de estudiar, no creo que sea algo malo, al contrario. 

No hace mucho me preguntaron por qué decidí abrir el blog y mi respuesta fue la siguiente: cuando empecé a opositar tuvo muchos momentos en los que me sentía perdida, a parte del preparador no tenía a nadie con quien compartir mis dudas y que supiera por lo que estaba pasando, buscada en internet y apenas obtenía resultados, no sabía si lo que me pasaba era a mí sola o había alguien más que lo sintiera, y ante esa soledad en la que me encontré al principio, decidí que si contaba mi experiencia a través del blog, posiblemente alguien que me leyera pudiera verse identificado al estar en la misma situación y de esa manera no encontrarse solo en el camino que recorremos. Ojalá cuando yo empecé hubiera habido tantos blogs como hay hoy en día o incluso libros de opositores contando su experiencia. 

No creo que sea malo querer ayudar a los demás, muchos me escribís pidiendo consejo sobre algún tema en concreto y siempre respondo lo mismo, no soy nadie para dar consejos pero puedo contaros lo que yo hago y creo que me funciona.  Por eso pienso que hay una delgada línea entre lo que es contar una etapa de la vida y dar consejos como experto en la materia. Puede que apruebe o puede que no, y si lo hago me gustaría seguir con el blog para contaros mi experiencia desde el otro lado y entonces tampoco seré nadie para dar consejos de cómo aprobar una oposición.

No hay truco del almendruco para aprobar la oposición, todos sabemos cuál es el secreto, qué es lo que hay que hacer para aprobar: estudiar, estudiar y estudiar. La constancia, el esfuerzo y la perseverancia unidos a un número indecente de horas de estudio son los que nos llevarán al aprobado. 

¿Creéis que está mal que contemos nuestra experiencia?, ¿alguna vez habéis necesitado recurrir a la experiencia de otro opositor porque os encontrabais perdidos?, ¿deberían darnos al principio de la oposición una guía con todo lo que nos vamos a encontrar durante esta etapa?

¡Mucha suerte y ánimo a todos!

¡Gracias por leerme!

Un beso!

María :)