¡Hola a todos!
Hoy os traigo la tercera entrada
de esta especie de “serie” de temas que llevamos haciendo desde hace ya algunas
semanas. Y como podéis ver por el título, se trata de compaginar la oposición
con trabajo, vida social y/o familar ¿realmente se puede? ¿es posible
mantenerlo todo?
Como ya os contaba hace meses en
la entrada “No es que no quiera, es que no puedo”, la oposición es un “trabajo”
en el que hay que cumplir unos objetivos semanales para poder llegar bien al examen.
Todos sabemos que la oposición implica renunciar a muchas cosas. Renunciar a
tardes de café con amigas, de compras y paseos, renunciar a fiestas y puentes. En
muchos casos también implica no ver a la familia como lo hacíamos antes, no hacer
planes con ellos como hacíamos antes, incluso en muchos casos implica renunciar
al lado sentimental hasta conseguir la ansiada plaza.
Respecto a poder compaginar
trabajo y oposición, por poder se puede, claro que se puede, pero bajo mi
humilde opinión creo que ralentiza mucho el objetivo. Es cierto que hay
personas que por sus circunstancias no pueden dejar de trabajar y tienen que
compaginar ambos mundos. También pienso que depende mucho del tipo de
oposición. En mi caso, no creo que pudiera trabajar y estudiar una oposición en
la que la media está en siete años y más de diez horas al día de estudio porque
implicaría que esos siete años se convertirían muy probablemente en el doble de
años o más y no creo que aguantase.
Compaginar la oposición con la
vida familar y/o social creo que más fácil al principio de la oposición, o al
menos en mi caso. Al principio, todo el mundo estaba concienciado de lo que
hacía y no me “molestaban”, sabían que estudiaba y que no podía cortar el
estudio para ir a dar un paseo. Las comidas, compras, quedadas, cafés y demás
quedaban para el día libre. Pero a medida que pasan los meses y los años en la
oposición, esos horarios que tenemos empiezan a no respetarse como antes. Posiblemente
porque se acostumbran a vernos estudiar, ya es una rutina que estemos
encerrados en la habitación y como llevamos tiempo haciendo lo mismo, surge el “vamos
a comer fuera”, la respuesta siempre es la misma “no puedo”, pero la contestación
a esa respuesta ya cambia, “solo estudias, sal y te despejas, por un ratito que
no estudies no pasa nada” o el “esta semana lleva menos temas, no pasa nada por
unos temas menos”. ¿Qué no pasa nada? Claro que pasa, no puedo, por ejemplo, llevar
a la preparadora en dos semanas (porque he acumulado) lo que normalmente llevo
en una. Por eso creo que a medida que pasa el tiempo es más difícil.
A continuación os dejo vuestros
comentarios con vuestras opiniones al respecto. Muchas gracias a todos por
participar.
- No se puede, y si puedes es que no estás llevando bien la oposición.
Puedes conservar una cierta vida social y familiar, pero muy limitada. El
trabajo me parece inviable en las oposiciones voluminosas.
- Hola María, es claro que es una inversión de tiempo y dinero, no es
nada barato opositar y además si no trabajas tienes el peso que tus padres son
los que aportan el sustento económico. Es una renuncia constante a las cosas
que te gustaría hacer y no puedes hacer, el sacrificio de estar en casa o en la
biblioteca cuando el resto del mundo disfruta de su tiempo libre. Pero ahora
bien, se puede compaginar todo, yo diría que no al 100%, puedes compaginarlo en
tu día libre, en los mini descansos a lo largo del día, pero son más las veces
que dices no a las que dices sí. Aun así, estamos en esto de manera voluntaria,
luchando por un sueño que quizás se cumpla, por eso desde mi opinión es un sí
pero no, si sales cuando tendrías que estudiar te remuerde la conciencia (al
menos a mi), pero y lo bien que te lo pasas en el día libre haciendo todo
aquello que de tiempo, exprimirlo al máximo. Y si hay suerte y llega el deseado
día que tenemos nuestra plaza, entonces que se prepare el mundo, porque voy a
disfrutar de todo lo que he renunciado durante este viaje.
- No se puede compaginar todo, y el que diga lo contrario: miente. Al
menos, esa es mi opinión. Opositar y trabajar en la inmensa mayoría de los
casos, y especialmente en las oposiciones "grandes", es imposible a
menos que uno sea un fuera de serie absoluto, por la sencilla razón de que, al
no serlo, la gente que no está trabajando podrá dar más y mejor que tú. La vida
social es, sencillamente, algo accesorio mientras se oposita. Se convierte, más
bien, en una herramienta para poder estudiar mejor. Uno tiene que tener sus
rutinas, su gente de confianza con la que cuenta para las pocas cosas que hace,
pero no se debe pretender más. Querer llevar una vida social normal al tiempo
que se está opositando es un error de concepto que no puede salir bien. Además,
¿qué necesidad hay? Cuando uno se mete con esto, sabe que tiene que renunciar a
algunas cosas, y al lado del sacrificio que implica una oposición, la vida
social durante esos años es una nimiedad. Por último, la vida familiar es más
importante, por quien se mete a esto con hijos. Si no tienes hijos, no hay
problema, porque sea cual sea tu situación, tu familia debe entenderla, y se
puede dar menos pero de más calidad. Si tienes hijos, hay que sopesarlo muy
bien antes. No se puede ser el/la padre/madre ideal al tiempo que se prepara
una oposición. Hay que segmentar el tiempo, y valorar que el que le robamos a
nuestros hijos hoy, es en verdad una inversión para poder acompañarlos más
tiempo en el futuro.
Jo, espero que no suene muy cenizo. Creo que, lo primero de todo, es ser capaz de renunciar a estas cosas y que, por lo demás, opositar no es TAN duro como se dice o piensa. Pero sí lo es cuando uno se empeña en hacer lo que no se puede, o en añorar aquello de lo que uno mismo ha decidido privarse.
Jo, espero que no suene muy cenizo. Creo que, lo primero de todo, es ser capaz de renunciar a estas cosas y que, por lo demás, opositar no es TAN duro como se dice o piensa. Pero sí lo es cuando uno se empeña en hacer lo que no se puede, o en añorar aquello de lo que uno mismo ha decidido privarse.
Mucho ánimo, María. Respecto al post anterior,
no te preocupes, porque ESTA es la tuya. Empieza por verlo así seriamente, y no
habrá razón para pensar en otras cosas. Un beso.
- Compaginar todo es muy muy difícil, pero creo que para clave está en
que las personas de tu alrededor te entiendan, o al menos comprendan que
dispones de muchísimo menos tiempo, y de que el estudio pauta tu ritmo de vida.
Yo no llevo ni un año y ya he perdido amistades que para mí eran importantes,
porque no comprendían lo que implica estudiar cada minuto que no estás
trabajando, comiendo, durmiendo o en la ducha.
- @isabelsanchezvalenzuela9: a mí personalmente me está constando
bastante el compaginar trabajo, estudios, etc, etc… y sobre todo organizarme a
la hora de estudiar y eso me crea mucha ansiedad porque no llego. Me encantaría
poder por lo menos un año dedicarme a estudiar sólo la opo.
- @noaimer: en resumen… demasiado, demasiado duro!! Pero no imposible!
Las ganas lo pueden todo.
Espero que os haya gustado. Dentro
de dos semanas saldrá publicada la siguiente entrada con el siguiente tema: Relaciones
a distancia o verse cuando se pueda. Animaros a participar los que no lo hayáis
hecho ya.
¡Muchas gracias por leerme!
¡Mucha suerte y ánimo a todos!
Un saludo!
María :)
Pues yo veo "el otro lado". La tranquilidad que da trabajar, para poder estudiar sin mas carga que el querer mejorar tu vida.
ResponderEliminarNo podría estudiar sin trabajar, me ganaría la presión. Y la dependencia económica llegada cierta edad es muy negativa. Al menos en mi opinión.
Resultados? Buenos, no me quejo. Preparo una A1 y voy al mismo ritmo que mis compañeros que empezaron a la vez que yo.
Tiempo? Muy muy poco, eso si que es cierto :D Pero yo creo que compensa. Y mucho.
Holaa!! Muchas gracias por tu comentario y dar tu visión! Como digo, supongo que depende de las circunstancias de cada uno. Aún así, que puedas compaginar las dos cosas y llevar el mismo ritmo que los demás, olee túuu!!
EliminarÁnimo! Un saludo!